Se asume que los beneficios que ofrece la fertirrigación son principalmente el poder ajustar las dosis de riego y de fertilizante que se quiera aplicar así como también permitir su aportación en zonas húmedas del suelo donde se localizan las raíces más activas. La fertirrigación provoca el aumento tanto del periodo de crecimiento de raíces como de la asimilación de nutrientes (Fernández et al., 1991).
Un estudio en un olivar de "Manzanilla de Sevilla" en la provincia de Sevilla se llevó a cabo para estudiar cómo influyen los diferentes tratamientos de fertirrigación en la composición química del aceite de oliva.
Se establecieron un total de 4 tratamientos: un control sin fertilización, un tratamiento de 200 g. de N por campaña de riego, otro tratamiento con 400 g. de Nitrógeno y un cuarto tratamiento con 600 g. de Nitrógeno por campaña, utilizando un fertilizante complejo 4N-1P-3K aportando diariamente desde el año 1999 hasta el año 2003.